Coco
Nadie sabe a ciencia cierta donde tuvo su origen el cocotero. Se supone que fue en algún lugar del Pacífico, probablemente hacia las islas que conforman la Malasia. Se sabe que unos tres siglos a.C. se cultivaba en la India y Ceylán e igualmente se sabe que a la llegada de los espa?oles a América, existían cocotales en las costas del Pacífico, pero no en las del Atlántico o el mar Caribe. Acerca de los primeros existe la teoría -basada en el hecho cierto de que el coco puede permanecer hasta cien días en el mar, sin que su capacidad de germinar se vea afectada por ello- de que estos cocotales se formaron espontáneamente gracias a cocos que, arrastrados por las corrientes del Pacífico, lograron hacer el viaje desde los trópicos indomalayos, o tal vez desde la Polinesia, hasta las costas americanas. En cuanto a los cocotales que adornan las costas del Caribe y del Atlántico fueron -al menos los primeros- sembrados por los espa?oles y luego los restantes se desarrollaron a partir de esas siembras. Lo cierto es que en las costas del Caribe hay islas y largos trechos de la costa continental, donde no crece ni un cocotero y otras donde las raíces de los mismos están permanentemente sumergidas en el mar.
Esta planta, de la familia de las palmáceae, crece en todas las costas,
siempre que la temperatura ambiental no sea inferior a los 20?C. En esas playas, bajo la influencia del sol, el mar, la brisa marina y el calor ambiental, se desarrollan palmeras de 20 a 30 metros de alto, cuyo tronco presenta anillos debidos a la caída de las hojas, que culminan en un penacho de hojas de color verde oscuro que pueden medir cinco, seis o más metros de largo. Pero también se encuentra en la entretierra, a veces a pocos kilómetros del mar pero, en ocasiones, a mucha distancia de éste, tal vez sembrado por algún ribere?o nostálgico de sus costas y de los grandes cocales.
El cocotero germina aproximadamente al a?o de sembrado, aun cuando puede iniciar su crecimiento en forma espontánea, sin siembra alguna y empieza a dar frutos hacia los siete a?os, aún cuando hay variedades que lo hacen más pronto, tardando el coco aproximadamente un a?o en madurar. La cáscara exterior del fruto, el exocarpo, es de color verde claro, lisa, cerosa e impermeable. El mesocarpo, de dos a tres centímetros de espesor, es fibroso. El endocarpo tiene unos 5 mm. de espesor, redondo, de color marrón oscuro y surcado exteriormente por una especie de venas, es muy duro y está unido a la semilla. Esta, a su vez, se encuentra unida al endosperma. En el proceso de maduración se acumula dentro de la semilla alrededor de medio litro de un líquido que puede ser trasparente o ligeramente opalino, de sabor dulce y muy refrescante: el agua de coco, muy solicitada por los asiduos a la playa. Continuando el proceso de maduración termina el desarrollo del endosperma que en ese momento es blando, duro, de mas o menos 1,5 centímetros de espesor y está unido al endocarpo. Es esta la nuez de coco, utilizada tanto en ofrendas del culto a los dioses, en la India y otros países asiáticos, como en la cocina doméstica o de restaurantes o por la industria, para la elaboración de la leche de coco, de comidas cocidas en leche de coco o en dulcería o repostería. Y finalmente, si se deja que la nuez del coco sobrepase esta etapa, recibiendo sol, se obtiene la copra, para la extracción de aceite.