Este consejo es muy útil para mantener durante más tiempo nuestra carnes calientes. El secreto es calentar los platos en el horno en la parte superior durante unos minutos; de este modo el plato cogerá una temperatura considerable.
En este plato serviremos la carne.
Con este fácil sistema nos ahorraremos el mal trago de tener que comernos la carne fría o bien tener que recalentarla, a sabiendas que así nos quedaría más seca que en el momento de su cocción.