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Caqui



El caqui tiene su origen en China y Japón, donde se cultiva desde el siglo VIII y es muy apreciado y consumido. Los emigrantes japoneses lo llevaron hasta Suramérica. En Brasil es donde su cultivo se ha expandido y ampliado hasta formar parte importante de su exportación. En Estados Unidos, a principios del siglo XIX y en Francia, Espa?a e Italia, hacia 1870. En Espa?a se está implantando en Murcia, Valencia y Andalucía.

La denominación de caqui, procede de "Kaki", el nombre en japonés del fruto, también conocido como palo santo, persimonio o zapote, es una fruta tropical que pertenece a la familia de las Ebanáceas. Existen distintas especies de consumo, de tama?o y sabor diferenciados, entre las que destacan, el caqui de China (D. Kaki), el de Japón (D. Lotus) y el americano (D. Virginiana). El árbol del caqui no suele superar los 10 a 12 metros de altura, florecen entre febrero y abril y la madera de su tronco se emplea mucho en ebanistería.

El caqui es una fruta con más de 800 variedades. Las variedades se dividen en función de su astringencia. Las "astringentes" son las más comunes y necesitan una adecuada maduración para su consumo (Tomatero, Gordo, Rojo Brillante, etc.). Las "no astringentes" son las de mayor consumo, entre ellas, "tipo manzana", Sharon (o Sharoni o Triumph) y Fuyu. En Andalucía se cultiva principalmente el "caqui-manzana"; una variedad no astringente. La mayor parte de la producción en Espa?a de caquis (astringentes y no astringentes) se dedica a la exportación a otros países como Francia, Alemania y Portugal. La astringencia del fruto se debe a la presencia de taninos en la pulpa que van disminuyendo con la maduración. El envasado se realiza principalmente de forma manual ya que es un fruto muy frágil.

A pesar de la inmediata relación que se establece con el tono verde que lleva el mismo nombre, sus colores varían entre las gamas de amarillos a rojos (amarillo, anaranjado o púrpura), es de forma redondeada, similar a una manzana o a un tomate (más al tomate). Su piel es dura, lisa, fina y lustrosa, de pulpa dulce, anaranjada o rojiza, y no contiene hueso. La pulpa en algunas variedades es gelatinosa (Rojo Brillante y Tomatero), con una textura semejante a la mermelada, sin embargo, en otras es muy consistente y compacta e incluso tan dura como la de una manzana (Sharon). En función de la
variedad tiene unas dimensiones de hasta 7 centímetros de diámetro y un peso de 80 a 250 gramos. Su sabor recuerda a una mezcla entre melocotón, albaricoque y pera, dulce y muy suave.


Su valor nutritivo estriba en su gran cantidad de vitaminas de tipos A, B, y C, y de sus minerales como el calcio, fósforo, hierro, potasio, magnesio y sodio. Aporta una cantidad importante de hidratos de carbono (fructosa, glucosa) y escasa de grasas y proteínas, por lo que su valor calórico es bastante elevado respecto a otras frutas. La cantidad de azúcar que contiene: entre un 14 y un 18 %. Una pieza de caqui de unos 80 gramos aporta aproximadamente 50 calorías. En cuanto a su aporte de fibra, contiene pectina, de tipo soluble, en cantidad moderada. Su composición es distinta en función de la variedad que se trate, pero todos ellos tienen en común su elevado contenido de agua.

Se consume sobre todo fresco y en su punto de sazón, bien maduro; aunque también se emplea para la elaboración de postres, bebidas, batidos, helados, yogur y confituras (compotas, mermeladas y jaleas). Se incluye en la salsa agridulce del cerdo frito estilo chino. En Estados Unidos, China y Japón, los frutos desecados se consideran un manjar exquisito.


CONSEJOS:

- El caqui se puede congelar, entero o su pulpa, en cuyo caso se recomienda a?adir zumo de limón para evitar que se altere su color.

- Si queremos acelerar su maduración, podemos introducirlo en una bolsa de papel, junto con otras frutas tales como plátanos o manzanas.

- Se han de descartar los ejemplares con imperfecciones en la piel. Así mismo conviene que en la compra conserven el tallo y el casquete.

- Son muy recomendables para los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores.

- Contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.

- Su riqueza en pectina los hace recomendables para tratar el estre?imiento, pero han de consumirse en su punto de sazón.

- Por su riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o afecciones cardiovasculares.

- Sin embargo, su contenido de potasio deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.